domingo, 6 de diciembre de 2015

Personalidad o identidad digital

“El peligro del pasado fue que hizo esclavos a los hombres. El peligro del futuro es que los convierta en robots”.   Erich Fromm

Al ojear un periódico, llamó mi atención un anuncio laboral: “Se busca Director Comercial con personalidad, para hacerse cargo de las ventas de la empresa”. Siendo la cualidad requerida la personalidad, acudí al diccionario para comprobar la definición del término, por si ello pudiera añadir precisión a la demanda. Leo textualmente: “Personalidad. Diferencia individual que distingue a una persona de otra”. No pude por menos que reflexionar sobre a qué diferencia podía referirse el diccionario, y lo que es más importante, qué podía entender por personalidad la empresa anunciante.

A mi modo de ver, no es que los hombres tengan personalidad porque son diferentes, sino que son diferentes, porque tienen personalidad. Luego, no hay nadie sin personalidad y de ahí la dificultad para clasificarla. Los cuatro temperamentos hipocráticos, las funciones cognitivas de C.G.Jung, los nueve tipos del  Eneagrama o los dieciséis tipos de referencia de Myers-Briggs, suponen un claro intento de clasificar al ser humano según sea su personalidad. Sin delimitaciones claras, la personalidad, se sitúa en un terreno ambiguo entre lo biológico, lo psicológico y lo cultural. La mayoría de psicólogos están de acuerdo en que no se hereda. También lo están en que nos define y deviene una consecuencia de nuestra educación.

En lo que al mercado laboral respecta, la personalidad y el conocimiento, son cualidades evaluables para optar a un determinado puesto de trabajo. El conocimiento, tiene que ver con la capacidad para realizar la tarea demandada. En ese sentido, va creciendo exponencialmente el número de trabajos que son realizados por máquinas inteligentes y sistemas informáticos. Un amigo mío sostiene que en un futuro no muy lejano solo habrá dos tipos de trabajo. Uno para las personas que sean capaces de aportar conocimiento o valor a las máquinas y otro, el de la mayoría, que se limitará a interactuar con esas mismas máquinas a través de terminales. En un mercado laboral de estas características, ¿Qué tipo  de personalidad deberán poseer estás personas?

En mi opinión, a igual formación académica, la personalidad resultará un factor decisivo. Los poseedores de personalidades orientadas al liderazgo y la competitividad disfrutarán de las mejores oportunidades. Sin embargo, la inmensa mayoría deberán hacer frente a la frustración de no haber alcanzado sus expectativas, lo que sin duda influirá en su personalidad. En ambos casos, tanto la educación como los conocimientos habrán sido adquiridos a través de medios digitales y los valores familiares condicionados por la Sociedad de la Información. De aquí la importancia de insistir en la calidad de los contenidos, de su veracidad y de la necesidad de potenciar los valores humanos por encima de los intereses del mercado. Debemos rechazar todo intento de ser considerados meros objetos. Si no lo hacemos, corremos el riego de que, en el futuro, seamos considerados tan solo una extensión digital. Como ejemplo, el número del teléfono móvil. No solo nos identifica, sino que además nos define a través de los datos suministrados por él o almacenados en su interior. Si esto sucede, será la única diferencia a la que podrá referirse el Diccionario en su descripción de personalidad.

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