“Lo más importante de la comunicación, es escuchar aquello que no se
dice”.
Peter Drucker (1909-2005)
Sobran las palabras, pensó. Su mirada permanecía
atenta a lo que estaba contemplando. Su amigo, también absorto, no acertaba a
pronunciar palabra. En frente de ellos una visión que se repetía cada día, más
o menos a la misma hora. Cogidos de la mano y extasiados por tanta belleza,
asistían una vez más, al merecido reposo del astro rey. El Sol, con calculada
languidez, cedía su protagonismo al concierto de estrellas emergentes que
anunciaban la noche. Poco antes, mientras ella preparaba la cena y el ponía la mesa,
tuvieron una encendida disputa. Una tormenta de verano que les pilló por
sorpresa. Comenzó por un mal entendido y subió de tono hasta alcanzar la
intensidad de una batalla. Luego, como sucede con ese tipo de fenómenos, llegó la calma. Se
miraron a los ojos y la tensión cedió. Bastó tan solo una mirada para que el
silencio les recordara los argumentos que les unía. Sobran las palabras, pensó
ella. Él, la cogió de la mano y ambos se sentaros en el porche.
Algunas veces, olvidamos que es imposible no comunicar,
que el silencio es una forma de comunicación; que el gesto también es
comunicación, incluso el tono empleado al hablar, es tan importante o más, que el contenido. Las palabras, no siempre
son acertadas y aún siendo las correctas, necesitan la confirmación del otro
para llegar a la misma conclusión. La comunicación es acción en común, pero
sobre todo es interrelación. La
comunicación tiene su clímax en la conducta.
Nos afecta a todos aún cuando no seamos conscientes de ello. Hoy más que
nunca, la comunicación es global. Hay tantos terminales con acceso a Internet
como personas. Estamos comunicándonos continuamente y paradójicamente, no somos
capaces de ponernos de acuerdo en qué es lo que debemos comunicar. El hombre es un animal social, que tiene su
reflejo en los demás.
El lenguaje es la parte más visible del acto de
comunicación. Por eso, al considerar el estudio de la comunicación humana, debemos
tener en cuenta tres puntos de vista diferentes: la estructura o sintaxis, el
significado o semántica y por último, la pragmática, es decir los efectos que
producen su interpretación. El primero punto, se relaciona con la trasmisión de
la información y resulta independiente del significado. El segundo, presupone que
quien emite el mensaje y quien lo recibe, se han puesto de acuerdo o comparten
de antemano su significado. El tercero, hace referencia a cómo influye la
comunicación pragmáticamente en la relación entre el emisor y el receptor. Esto último es lo que sugiere la
interrelación. Es decir, Lo que el otro nos dice nos afecta y lo que decimos,
influye en nuestro interlocutor. El cómo percibimos el mensaje y su significado,
condiciona nuestra conducta.
Autor de varios libros, “El pensamiento
estratégico” y “La gestión del rumor”, el semiólogo Fabio Gallego nos ofrece durante
el vídeo de la entrevista que le hice para el “Club del Espejo”, algunas de las
claves que hacen fácil la comunicación con los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario