sábado, 3 de octubre de 2015

La Bibliomusicineterapia

“Toda batalla se basa en un engaño. Si tu enemigo es superior, evítale. Si tu enemigo está enfadado irrítale. Si estáis igualados, combate. Y si no, espera y recapacita”. De la película Wall Street.

Esta frase, es una de las joyas que podemos encontrar en el libro, atribuido al famoso estratega chino Sun Zu, “El arte de la guerra”. Su propuesta pretende definir una de las “reglas de oro” a tener en cuenta para poder sobrevivir en cualquier circunstancia. Su  valor añadido es que  puede ser aplicada tanto en los negocios como en la vida personal. En el caso de la película “Wall Street”, esta premisa es un fiel reflejo del grado de tensión que puede vivirse, cuando la confrontación es el principal o el único  medio, para alcanzar la meta fijada; especialmente, cuando el objetivo no depende de ti.

Algunas de las más famosas películas que hemos tenido ocasión de ver, basan su inspiración en los derechos adquiridos sobre un libro.  Literatura y cine son dos de los medios a través de los cuales podemos narrar una historia. Tanto en el libro como en la película, la estructura básica es similar: introducción, nudo y desenlace. Además, la película tiene el plus de incorporar música. La banda sonora, forma parte del argumento. Es más, en alguna de ellas, es su música lo que de verdad trasciende. Los sentimientos, se activan porque el texto o la película están especialmente construidos, para que sus personajes resuenen en ti. No es nada extraño, que al salir del cine o acabar de leer una novela, tengas a sensación de que, parte de tu vida, se ha visto reflejada en la historia. Es el momento de hacerla tuya… de darte cuenta que, si has reído en una escena, puedes recordarla más tarde cuando te sientas triste. Que, si su música te hizo sentir libre, puedes escucharla cuando te falta el coraje. Que, la lectura de este libro que aún tienes en tu regazo, ha servido para dar con la solución de aquel problema que tanto te preocupaba. En eso consiste la “Bibliomusicineterapia”.


He vuelto a mis orígenes. A recorrer las mismas calles que antaño me vieron crecer, a recordar sus olores y sus gentes. Demasiado tiempo ocupado en tratar de llegar a ningún sitio, de vivir en diferentes lugares, de empezar una y otra vez. El tiempo nos da otra perspectiva. Mis ojos ven de manera diferente. El paso, ahora tranquilo, me permite darme cuenta de lo antes seguramente me habría pasado desapercibido. Debo decir que me sorprendí al verlo.  La Bibliomusicineteca, es un lugar peculiar en donde se dan cita artistas, escritores, músicos y librepensadores. Un espacio que trata de conservar en su interior la historia. En los estantes abarrotados de libros, puedes encontrar retazos de sabiduría que yacen junto a melodías inolvidables grabadas en discos de vinilo. Películas olvidadas que cada lunes vuelven a la vida e incentivan la memoria viva de otros tiempos. Fue como un mazazo. De inmediato, me sentí atraído por su entorno y he querido aprovecharme de su existencia para dar paso a un viejo proyecto mío tantas veces pospuesto. Trasmitir aquello que he aprendido, mi experiencia, a través de la “Bibliomusicineterapia”

Todos tenemos un guión de vida que seguimos inconscientemente. Nuestra película puede ser dramática o cómica pero, lo más seguro es que aún permanezca en gran parte, como un misterio para nosotros mismos. “El Club del espejo” es un espacio para matizar y reconstruir esa narración que constituye la biografía de cada uno. Os espero a todos.

1 comentario:

  1. Me sorprende gratamente la propuesta de Antonio y me adhiero a ella, empezando por tratar de asimilar esa mágica palabra: BiblioMusiCineteca. Al menos como puente entre la literatura, la poesía y el cine, recomendo la película Solaris, de Andrei Tarkovsky, en su versión original, no tanto la nueva versión de Holiwood. Luis Eduardo Yepes

    ResponderEliminar